Para Benjamín Vicuña, el recuerdo de su hija Blanca, fallecida en 2012, sigue vigente y cada vez que puede la recuerda. Hace poco, editó un libro en el que revela cómo él y Pampita Ardohain vivieron el duelo por la repetina pérdida de su pequeña. Ahora, el actor chileno recordó cómo fue la crianza de su hija mayor.
Vicuña, quien semanas atrás ganó el Martín Fierro a Mejor Actor Protagónico, brindó una entrevista para un medio chileno donde reveló detalles de su vida privada. Entre otras cosas, contó que actualmente está soltero y enfocado en acompañar a cada uno de sus hijos en su crecimiento.
Pero sobre Blanca, la niña que murió en 2012 a los seis años, tuvo un párrafo aparte. El actor recordó que fue padre siendo muy joven y se reprochó a sí mismo el modo que usaba para enseñarle a dormir a la pequeña cuando era bebé.
Benjamín Vicuña sobre la crianza de Blanca: "Fui muy exigente"
"La vida me fue enseñando de a poco a ser papá", comenzó diciendo el actor mientras a su alrededor sus hijos más chicos comían golosinas. "Fui papá hace ya 17 años, era muy chico y lo primero siempre es el cariño, el afecto, la piel... luego está lo académico por decirlo de alguna manera. En algún momento te das cuenta que la frustración hace que tu hijo se sienta mal y como lo pasa mal, pasa a ser un tema afectivo y emocional, eso me preocupa", agregó.
"Los chicos son muy distintos. Tengo uno, Beltrán, que la reunión por zoom con la maestra duró siete minutos, era todo bueno, nos reíamos con la madre... es ultra obesivo... después tengo otros que son un desastre", añadió entre risas.
Más tarde reveló que con Blanca fue muy exigente cuando su hija era pequeña. "Recuerdo que con Blanca era muy exigente, hice el 'Duérmete niño', ¿te acuerdas esa cosa?", comenzó contando el actor en referencia al libro de Eduard Estivill de 1995 que proponía un método de dejar llorar a los bebés para que "aprendieran" a dormir solos en su cuna.
"Y yo miro para atrás y digo era un nazi... había que dejarlos en el cuarto llorando, encerrados, bueno no encerrados pero con la puerta cerrada... llorando. Hoy me fui relajando y creo que es más sano esta actitud que esa cosa tan exigente con los hábitos", explicó.